Los actos vandálicos, registrados la pasada noche del 9 de septiembre, dejan como resultado 8 personas fallecidas y cientos de heridos por armas de fuego.
Más de cincuenta estaciones de policía incendiadas, numerosas afectaciones en el transporte público y múltiples daños materiales, de acuerdo con informes de medios locales y la Alcaldía Mayor de Bogotá.
Los hechos violentos se habrían desencadenado en consecuencia por el abuso de autoridad hacia el ciudadano Javier Ordóñez, a mano de agentes de la fuerza pública bogotana.
El núcleo de los acontecimientos fue la urbe capital de Colombia, aunque dos de los fallecidos se reportaron en el municipio de Soacha. Otras ciudades como Madrid, Ibagué, Pereira Cali, Medellín y sus alrededores, también reflejaron algunos brotes menores de los disturbios.
En horas de la noche, civiles de varias localidades empezaron a realizar ataques contra miembros de la Policía Metropolitana de Bogotá, en los diferentes Comandos de Atención Inmediata (CAI). También Instalaciones de uso comercial y estaciones del sistema de buses Transmilenio, junto con algunos de sus automotores, fueron destruidas mediante uso del fuego.
Las pérdidas materiales se estiman en 14.000 millones de pesos colombianos (casi 4.000.000 $USD). Familiares de los ciudadanos muertos en los múltiples disparos, han manifestado en los canales de comunicación su seria intención de tomar acciones legales.
Por su parte, el Ministro de Defensa de Colombia, Carlos Holmes Trujillo, aseguró que se ofrecen considerables recompensas por información que contribuya en la captura de los individuos vinculados a los actos.
La policía, igualmente no ha dejado de manifestarse a través de las estadísticas en torno al tema, situación a la que también se ha referido tanto el gobierno distrital y del país.
Es posiblemente, la situación lamentable de orden público más impactante en la capital colombiana desde El Bogotazo, ocurrido en abril del año 1948.