Un grupo de científicos descubre un gas en la superficie de Venus, el cual probablemente indica el potencial de albergar o haber albergado vida en este planeta.
El hallazgo de un gas maloliente e inflamable llamado fosfano o fosfina en la atmósfera del planeta Venus indica que tiene el potencial de albergar o haber albergado vida, así lo informa un estudio publicado este lunes, en la revista Nature Astronomy.
Según el equipo de la Universidad de Cardiff a cargo de la investigación, el descubrimiento “insinúa que Venus podría acoger procesos fotoquímicos o geoquímicos”, aunque no implica “una evidencia robusta de vida microbiana” en el planeta.
Las observaciones del telescopio James Clerk Maxwell en Hawai, Estados Unidos y del Gran telescopio Milímetro/Submilímetro (ALMA), en el desierto Atacama, ubicado en Chile, en 2017 y 2019 permitieron a los científicos este hallazgo, el cual abre un camino en la posibilidad de hallar vida fuera del planeta Tierra.
“Lo que creemos que hemos encontrado es gas fosfina en la atmósfera de Venus. En un planeta rocoso como la tierra, el fosfano es un gas raro y surge principalmente como resultado de la vida, así que es lo que llamamos un biomarcador”, dijo a la prensa Emily Drabek-Maunder, astrónoma en el Real Observatorio de Greenwich, parte del equipo que desarrolló el proyecto.
Los científicos indicaron que el fosfano (PH3) en la Tierra es causado por la actividad humana, como la industria, o por microorganismos, lo que puede generar un indicio de vida en Venus.
En las superficie del planeta Venus las condiciones son hostiles a la vida, con base al estudio, sin embargo, el ambiente en sus nubes más altas, entre 53 y 62 kilómetros, lo que quiere decir que es templado.
Asimismo, el equipo encargado de la investigación señaló que “la composición de esas nubes es muy ácida, y en esas condiciones el fosfano se destruiría muy rápidamente”.
La profesora Jane Greaves, encargada de la misión, analizó el eventual origen del gas en la atmósfera de Venus, observando posibles fuentes en la superficie del planeta, micrometeoritos, relámpagos o procesos químicos que tienen lugar en las nubes, no obstante, no pudieron determinarlo.
Los científicos admitieron que “se necesitan más observaciones y modelos para explotar el origen del fosfano en la atmósfera de Venus”.
“El PH3 se podría originar a partir de procesos fotoquímicos o geoquímicos desconocidos o, por analogía con la producción biológica de PH3 en la tierra, a partir de la presencia de vida”, señalaron los autores en su texto.
Además, añadieron que “sin ningún proceso químico puede explicar el PH3 en la atmósfera superior de Venus, entonces debe producirse por un proceso considerado previamente no plausible en condiciones venusianas”.
En la exhibición a la prensa del descubrimiento, el profesor William Bains informó que “estamos siendo muy cautos, no estamos diciendo que haya vida. Lo que estamos diciendo es que hay algo que es realmente desconocido y que podría tratarse de vida”.
El PH3, un gas más denso que el aire terrestre, se puede encontrar en productos generados por el hombre como insecticidas y su exposición al ser humano puede ser bastante tóxica.
Y no solo este gas se encuentra en productos generados por el hombre, también este gas se utilizó como arma química durante la Primera Guerra Mundial. Adicionalmente, el PH3 es un producto secundario de los laboratorios de metanfetaminas.
Por otra parte, la comunidad científica recibió con escepticismo el anuncio, el cual, pese a todo, hace frente a “sustanciales problemas conceptuales respecto a la idea de vida en Venus”, Como admiten los autores del estudio.
“A lo largo de toda mi carrera he estado interesada en la búsqueda de vida en el universo, así que estoy entusiasmada con que esto sea siquiera posible. Pero animamos a otros a que nos digan en qué podemos habernos equivocado. Nuestro estudio y los datos son de acceso abierto: así funciona la ciencia”, concluyó Greaves en declaraciones a la BBC.