El ataque ordenado por Joe Biden en la madrugada del 26 de febrero fue una respuesta al lanzamiento de cohetes contra una base estadounidense en Ebril, norte de Irak, el pasado 15 de febrero.
El actual presidente de los Estados Unidos, el demócrata, Joe Biden ordenó un ataque aéreo en a madrugada del pasado 26 de febrero en contra de Siria. El objetivo fuerzas chiítas patrocinadas por Irán, como respuesta al lanzamiento de cohetes contra una base que alojaba a tropas de EE.UU. en Erbil, norte de Irak, el 15 de febrero.
De acuerdo al secretario de Defensa, Lloyd J. Austin lll, el bombardeo, el primero que lanza Biden desde su investidura fue una respuesta militar proporcional.
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Según fuentes del Pentágono, varios combatientes por iraníes habitualmente de origen afgano o pakistaní, en ocaciones iraquí fallecieron en el ataque, el cual ha destruido múltiples instalaciones situadas en un puesto de control fronterizo, utilizado por grupos armados como Kait’ib Hizbulá o Kait’ib Sayyid Shuhada. Asimismo, El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos elevó a 17 número de víctimas mortales, pero Estados Unidos no reveló cifras.
El secretario de Defensa reiteró en que la orden de Biden es un contraataque al de la semana pasada desde cerca de la frontera entre las provincias iraquíes de Ebril y Kirkuk, el cual mató a un contratista militar extranjero e hirió a nueve personas estadounidenses. Una milicia chiíta, llamada Awliya al Dam (Los Guardianes de la Sangre) reivindicó dicha acción, que Whasington leyó como un intento de Teherán (Irán) de presionarlos para colocar sus litigios en lo alto de la lista de prioridades.
Tras el asesinato del general Qasem Soleimani, en Bagdag, ordenado por el expresidente, Donald Trump en enero de 2020, Irán ha optado por vengarse. Pese a que estos eran los propósitos de Trump, quien tenía planes de repliegue, Biden parece querer apostar por una presencia prolongada. Por otra parte, Irán insiste en que Estados Unidos regrese al acuerdo nuclear, firmado en 2015 y levante las sanciones, por lo que, además, presiona con medidas nucleares.
Biden negó levantas las sanciones de Trump a menos que los iraníes reviertan todas estas medidas. También, su equipo mostró oposición a mantener el mismo acuerdo firmado con Barack Obama en 2015, que Teherán defiende como el único compromiso posible.
«La operación manda un mensaje sin ambigüedades; el presidente Biden actuará para proteger al personal americano de la coalición. Al mismo tiempo, hemos actuado de forma deliberada para desescalar la situación general tanto en el este de Siria como en Irak», consideró Austin.
El lugar atacado es un paso habitual de entrada de armas en Siria, donde Irán acudió, bajo petición del Gobierno de Bashar Asad, con el fin de combatir a las fuerzas opositoras.
«Estamos seguros del objetivo tras el que íbamos», dijo el secretario de Defensa, a lo que seguidamente añadió, «sabemos qué golpeamos. Permitimos y alentamos a los iraquíes a investigar y a desarrollar inteligencia, y eso fue muy útil para que nosotros pudiésemos refinar el objetivo».
Cabe destacar que, una miríada de milicias, algunas bajo la égida de las Fuerzas de Movilización Popular operan en Irak.
Las discrepancias entre EE.UU. y milicias de Irak ha sido motivo de rechazo por parte de su Gobierno, que portestó como un abuso de soberanía el ataque ordenado por Trump el pasado 29 de diciembre. No obstante, parte del ejecutivo está a favor de la salida de tropas estadounidenses del país, igualmente, existen facciones que denuncian que las milicias chiítas gocen de un poder suficiente como para desestabilizar su territorio por intereses ajenos. Los ataques de esta madrugada pueden ser una excusa de nuevos ataques contra tropas del Ejército de EE.UU. en Irak.