El próximo 31 de agosto se cumplirán 24 años de la muerte de la princesa Diana de Gales pero su recuerdo sigue muy vivo. Su trágico fallecimiento a causa de un accidente de tráfico en París, cuando era perseguida por los paparazzi, levantó todo tipo de especulaciones acerca de si la casa real británica estaba involucrada en ello. Ahora, más de dos décadas después, el cirujano que la atendió aquella noche del 31 agosto de 1997 ha contado cómo fueron sus últimas horas de vida.
Luego de casi 24 años de la muerte de la princesa Diana de Gales, el médico MoSef Dahman, que la atendió la noche del 31 de agosto de 1997 en la sala de emergencias de un hospital de París, Francia, rompió el silencio para revelar detalles de aquel día.
Dahman, de 33 años en ese entonces, se encontraba de guardia la noche del accidente. Estaba descansando en la sala de servicio del hospital cuando fue notificado del ingreso a emergencias de una mujer.
The Duke and Prince Harry are pleased to share two more family photographs from the late Diana, Princess of Wales’ personal photo album. pic.twitter.com/sup8MGbNfD
— The Duke and Duchess of Cambridge (@KensingtonRoyal) July 24, 2017
“No me dijeron que era Lady Di, pero sí que hubo un accidente grave que involucraba a una mujer joven. La organización del hospital Pitié-Salpêtrière era muy jerárquica. Entonces, cuando recibías una llamada de un colega de alto nivel, eso significaba que el caso era particularmente serio”, comentó Dahman en una entrevista exclusiva a un diario británico.
Cuando el doctor llegó a la sala de urgencias se enteró de que la mujer que se hallaba en la camilla en estado inconsciente era Diana, la princesa de Gales (Inglaterra).
“Para cualquier médico, cualquier cirujano, es de gran importancia enfrentarse a una mujer tan joven que se encuentra en esta condición. Pero, por supuesto, más aún si es una princesa“, añadió Dahman.
En el momento en que Diana llegó al hospital, los doctores le hicieron una radiografía que mostraba que estaba sufriendo una “hemorragia interna grave” en el pecho, así que, la sometieron a un drenaje torácico (extracción del exceso de líquido de la cavidad torácica).
A las 2:15 de la madrugada, la situación de la princesa se agravó. Tuvo un paro cardiaco, por lo que fue sometida a un masaje cardíaco externo. Cuando los médicos le realizaron el procedimiento quirúrgico, Diana todavía se encontraba recostada en la camilla de la sala de emergencia.
El momento fue “verdaderamente excepcional” y una indicación de cuán grave se había vuelto su situación. “Hice este procedimiento para permitirle respirar. Su corazón no podía funcionar correctamente porque le faltaba sangre”, explicó Dahman.
Con la intervención, el doctor descubrió que la mujer sufrió un desgarro en su pericardio, la membrana que protege el corazón. A las 2:30 a.m. el pronóstico empeoró. Los especialistas del hospital convocaron al profesor Alain Pavie, uno de los mejores cirujanos cardíacos de Francia y pusieron sus esperanzas en él.
Pavie ordenó trasladar a Diana a uno de los quirófanos del hospital. Realizó una exploración quirúrgica adicional porque sospechaba que aún no se había encontrado la fuente principal de la hemorragia interna. Fue ahí cuando descubrió la herida más grave: un desgarro en la vena pulmonar superior izquierda, en el punto de contacto con el corazón. Pavie suturó la lesión.
Sin embargo, el corazón de Diana se detuvo antes de la exploración quirúrgica. “Probamos descargas eléctricas, varias veces y, como había hecho en la sala de emergencias, masaje cardíaco. Se le administró adrenalina, pero no pudimos hacer que su corazón volviera a latir”, contó el doctor Dahman.
El equipo médico continuó con los esfuerzos de reanimación durante una hora, pero fueron en vano. “Luchamos duro, lo intentamos mucho, realmente muchísimo. Francamente, cuando estás trabajando en esas condiciones, no notas el paso del tiempo”, añadió.
“Habíamos traído gente al hospital que estaba en muy mal estado, más grave que Diana cuando llegó. Es uno de los mejores centros de Francia para este tipo de emergencias traumáticas. Y salvamos a algunas de esas personas, lo que nos hacía especialmente felices y orgullosos. Pero eso no sucedió en este caso. No pudimos salvarla. Y eso nos afectó mucho”, recordó el doctor de Pitié-Salpêtrière.
A las 4 de la mañana, el equipo, dirigido por Pavie, aceptó que no se podía hacer más para revivir a su paciente. La princesa Diana de Gales había fallecido.
Al salir del quirófano MoSef Dahman estaba exhausto y abatido. “Siempre es una gran decepción ver a alguien joven dejarnos. También sufres un gran cansancio físico por la energía que has gastado tratando de salvarla”, dijo el especialista, afectado emocionalmente por lo vivido.
Un detalle que quedó grabado en la mente de Dahman fue el de sus zapatos manchados con sangre de la víctima. “Cuando estaba tratando a Diana, usaba mis suecos blancos. Y obviamente en esa situación no le prestas atención a nada más que a tratar de salvar al paciente. Fue solo a la mañana siguiente cuando noté que mis suecos estaban manchados con su sangre“, mencionó el doctor.
“De todos modos, el hospital es muy grande y estaba caminando entre edificios, cuando un francés se me acercó y me dijo: ‘Ah, tus zuecos, me interesan. Quiero comprártelos. Hay sangre azul en ellos”. Dahman reaccionó asustado, negándose a ello y lo antes posible limpió su calzado.
La participación de Dahman en el trágico suceso, de alguna forma, mantiene vivo el recuerdo a pesar del tiempo. “Cuando llegamos a agosto, lo pienso. Fue el año en que nació mi hijo y, por supuesto, cada aniversario de eso lo pienso. Cada vez que ha salido un nuevo libro sobre la muerte de Diana en Francia, me lo han enviado. Así que, lamentablemente, tengo una colección de esos libros”, manifestó el doctor.
“Cuando es una princesa y sigues su funeral junto con miles de millones de otras personas, y has tratado de salvarla, eso obviamente te marca. Te marca toda tu vida. Porque es tan terrible que esta hermosa persona haya tenido un final tan trágico”, añadió Dahman.
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