¡Qué se vayan todos!, era el clamor popular.
Este miércoles 25 de agosto, se conmemoró el 196° aniversario de la declaratoria de la independencia.
Como cada año se celebra en la Piedra Alta, Florida.
A la ceremonia acudió el presidente de la república Luis Lacalle Pou junto con su esposa y una comitiva de jerarcas de gobierno.
Al llegar se encontraron con una multitud de manifestantes que lo recibieron con abucheos y cánticos de protesta.
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En determinado momento se encontraron rodeados de manifestantes que les increparon con reclamos y gritos.
Entre tantos gremios, se dieron a la cita los funcionarios de la salud y la Confederación de funcionarios del Estado,(COFE).
En ese clima de tención se desarrolló el acto protocolar.
Al retirarse, se produjo un cruce palabras con el dirigente de COFE, quien le entregó una nota con los reclamos.
El presidente le expresó que:
» el era pierna hasta para llorar» pero que hay formas y formas y qué, como nunca, eran recibidos en la torre ejecutiva, todo grupo o agremiación que quisiera plantear sus reclamos».
Por más que esto pueda ser cierto, la verdad qué, el sentir general es que todo cae en saco roto y el gobierno termina haciendo oídos sordos a los reclamos.
Lo cierto es que las protestas no cesan en contra de las medidas del gobierno y de las políticas públicas que afectan cada vez más a los sectores más carenciados de la sociedad.
En determinado momento, el mandatario tentó acercarse a la multitud, pero se tuvo que retirar entre abucheos, insultos, reclamos y el cántico de fondo gritándole genocida.
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Se suma este acontecimiento a la sensación de descontento y resistencia a la figura del presidente que cada día cae en picada en los indices de aprobación de la ciudadanía.