La vivienda que se salvó de ser arrasada por la lava es de un matrimonio de jubilados daneses que llevaban sin ir a la isla desde que comenzó la pandemia
Durante los últimos días, ha dado la vuelta al mundo la imagen de la pocas casas que se salvado de la lava expulsada por el volcán de Cumbre Vieja, en La Palma. La instantánea, tomada por el fotógrafo Alfonso Escalero, mostraba cómo ‘milagrosamente’ la vivienda quedó completamente rodeada por dos lenguas de lava que se unen más abajo.
Ahora sabemos que los propietarios de esta ‘casa milagro’ son Inge y Rainer Cocq, un matrimonio de jubilados daneses que no acudían a la isla desde que comenzó la pandemia, pues son octogenarios y temían contagiarse. Fue su íntima amiga Ada quien les avisó de lo ocurrido. «Cuando vi la foto en Facebook me quedé totalmente en shock e intenté agrandar la foto para estar segura. Enseguida llamé a mi amiga y estuvimos llorando las dos.
Es una alegría y una tristeza a la vez. Uno no puede expresar los sentimientos porque cambian de un momento a otro». Actualmente, Ada asegura que su amiga todavía se encuentra «emocionalmente dañada», pero ya está más tranquila y feliz de pensar que ya ha pasado lo peor para ellos. Lo único que esperan ahora es que se pueda crear un acceso para regresar pronto a la vivienda.
La Casa en la Palma;que permanece intacta en medio de las lenguas de lava.
Pese a que la casa de Inge y Rainer ha salido ilesa de esta catástrofe, numerosas personas han perdido sus viviendas, y todas las pertenencias que guardaban en ellas. Una situación que ha sido un «impacto total» para Alfonso Escalero, coordinador también de la productora I Love The World. Su equipo se encontraba en La Palma rodando un reportaje sobre la belleza de La Palma hasta que se encontró con el trágico escenario.
«Yo venía aquí emocionado. Alquilamos un helicóptero, vinimos con drones, había gente en tierra… Y era para hacer un documental para luego venderlo a National Geographic y Netflix como espectáculo. Pero el espectáculo fue cuando, al llegar, te das cuenta de que no es el volcán, sino que hay personas y animales. Esto es para un fotógrafo de guerra. Nosotros no estamos preparados para asumir tanta tragedia y tanto dolor».
A pesar de lo duro que ha sido para ellos toparse con esta situación, han captado alrededor de 30.000 imágenes, con las que todavía no saben que hacer. De momento, las están cediendo «sin ningún ánimo de lucro» para dar visibilidad a lo que está ocurriendo. «Vinimos con un objetivo, nos salió mal y como nuestro negocio no es este todo lo que pueda ayudar ayudar a difundir lo estamos cediendo de forma gratuita», reflexiona. Además, asegura que sintió su deber cumplido al recibir el agradecimiento de la hija del matrimonio danés.