La erupción del volcán Cumbre Vieja, en la isla española de La Palma, cumple esta semana un mes, período durante el cual ha producido miles de sismos, inmensas columnas de ceniza y largos ríos de lava ardiente que han llegado al mar.
Este 19 de octubre se cumple un mes del inicio de la erupción del volcánCumbre Vieja en La Palma. Desde entonces la lava ha afectado a 763hectáreas y ha dejado 1.956edificaciones destruidas y 7.000vecinos que han tenido que abandonar sus viviendas.
Treinta días en que los vecinos evacuados intentan rehacer sus vidas, mientras el resto de habitantes de la isla siguen con sus quehaceres bajo la sombra de un volcán que no deja de emitir ríos de lava. Los científicos han avisado que la erupción no acabará ni a corto ni a medio plazo, y la colada más activa sigue avanzando y destruyendo a su paso desde plantaciones y cultivos a carreteras e infraestructuras esenciales para esa zona de la isla.
El Cumbre Vieja se ha instalado en una fase en la que emite más lava y menos ceniza, con pequeños desbordamientos puntuales de magma en el centro emisor. Esta mayor aportación de magma se ha visto reflejada en el incremento de la superficie afectada: 812 hectáreas, según la última medición del sistema de satélites Copernicus.
La lava ha arrasado centenares de hectáreas de cultivos, ha acabado con instalaciones públicas que daban servicio a la región y ha complicado las comunicaciones por carretera.
Desde que el pasado 29 de septiembre la colada primigenia llegó al mar, la lava se ha bifurcado en otras dos lenguas que todavía no han tocado el mar. Un crecimiento que ha aumentado de forma notable el número de edificaciones destruidas, hasta las 1.956, ha puesto en riesgo barrios como el de La Laguna y ha dejado parcialmente dañadas otras 61 construcciones.
La acumulación de ceniza es un problema añadido al de la destrucción causada por la lava. Actualmente hay más de 6.500 hectáreas cubiertas por el material piroclástico que emana de la boca del volcán, un manto negro que asfixia a los cultivos y que pone en riesgo la estructura de los edificios que todavía quedan en pie
La acumulación de en torno a 25 centímetros de cenizas volcánicas sobre los tejados de las viviendas supone una densidad aparente de 0,9 gramos por centímetro cúbico. Este volumen equivaldría a una capa acumulada de dos metros de nieve o a unos 225 kilos de peso. «Una acumulación de 25 cm de cenizas en siete metros cuadrados equivaldría justo al peso de un coche«, explica el meteorólogo de TVE Martín Barreiro en La Hora de La 1. «Todo esto todavía podría empeorar más si empezase a llover», advierte, «porque la densidad y el peso aumentarían».
El Departamento de Seguridad Nacional (DSN) ha constatado a primera hora de este martes que el flujo principal de las coladas de lava discurre por el flanco norte, bajando por la parte norte de las coladas previas, siguiendo trayectorias hacia el oeste y noroeste, y dentro de la zona de exclusión actual.
En cuanto a la colada que podría llegar nuevamente al mar, situada al suroeste de la montaña de La Laguna, se encuentra a unos 160 metros respecto a la costa, aunque en estas últimas horas ha ralentizado su avance hasta los 2 metros por hora.
Además de golpear a sectores económicos, el nuevo volcán de La Palma también ha dañado importantes infraestructuras de la isla. Ha dejado a vecinos incomunicados y ha complicado los desplazamientos en una isla con apenas 500 kilómetros de carreteras.